Se define como fiador a toda persona física o jurídica que se compromete de manera voluntaria, a pagar la deuda contraída y no saldada por un deudor.
Es común que se exija un fiador solidario o un fiador comercial en caso de alquileres de propiedades, siempre tomando en cuenta la solvencia del mismo.
Existe una diferencia entre codeudor y fiador y es que, el primero tiene iguales obligaciones de pago que el deudor principal, mientras que el fiador solo correrá con los gastos en caso de que el deudor principal y codeudor no ejecute de la forma esperada.
Riesgos de un fiador
Servir de garante siempre conlleva riesgos, ya que no sabes en qué momento un deudor puede fallar a los pagos de su contrato y las responsabilidades económicas recaerán sobre el fiador. A fin de cuentas, ser fiador es de un modo u otro, acarrear con las deudas de otra persona.
Cuando se firma como fiador, se asumen como buenas y válidas todas las cláusulas y penalidades que contenga el contrato que se firma, por tanto querer retractarse de ser fiador, luego de la firma de un contrato ya vigente, no es tan simple, salvo que las partes se pongan en total acuerdo en que así sea.
Los contratos de arrendamiento no cuentan con especificaciones que protejan los intereses directos de los fiadores, por tanto quedan asumiendo todas las responsabilidades expuestas para el deudor, pero de manera indirecta.
Después de haber leído esta nota, estarás mejor orientado al momento de decidir si quieres ser o no, el fiador de alguien.
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