Existen diferentes nombres para referirse a un profesional de bienes raíces: asesor, agente, corredor, intermediario, etc. Todos estos nombres son muy bonitos y siempre buscan camuflar la palabra Vendedor.
El término Vendedor en los oídos del consumidor hace ruido, ya que nos prejuiciamos y entendemos que la función de cualquier vendedor es colocar el producto o servicio sin importar lo que esté en juego, el fin justifica los medios, diría Maquiavelo. Pero como dice Juan Carlos Ramírez, CEO del Centro Latinoamericano de Entrenamiento en Ventas (CLEVER), vender es ayudar o servir y exactamente así es como lo veo yo.
El agente inmobiliario cuando realiza la función de ayudarle y/o asesorarle al cliente comprador en la búsqueda del inmueble de su preferencia, se encarga de presentarle las mejores opciones del mercado que se ajusten a sus necesidades como cantidad de habitaciones, distribución, espacios abiertos, elevador, ubicación, presupuesto, amenidades, exponer trayectoria de la empresa constructora o desarrolladora del inmueble, etc.
De la mano de un agente inmobiliario experimentado y con una cartera de propiedades con información actualizada, el cliente comprador ahorra tiempo, dinero y dificultades que puedan surgir en el proceso de preventa o en el de postventa. No es lo mismo comprar para vivir a comprar buscando obtener una plusvalía o renta mensual volviéndolo en un producto financiero y no un producto inmobiliario. Este servicio de ofrecer información al cliente comprador no tiene costo para el comprador, pues el costo de intermediación por venta ya ha sido establecido entre Plusval Realty Group y el cliente propietario, sea un particular o una constructora.
En su otro rol el vendedor inmobiliario ofrece sus servicios al propietario para ayudarle a vender su propiedad asesorando en temas tales como la seguridad para con el acceso a la propiedad, precio adecuado con relación al mercado y que le permita al propietario obtener la rentabilidad deseada en su proyecto de inversión en el tiempo proyectado, publicar en medios efectivos el inmueble para llegar a los ojos de los potenciales clientes, ofrecer la propiedad a clientes compradores preexistentes en búsqueda activa de la agencia, coordinar citas para mostrar la propiedad, actividades de Open House, etc. Y qué mejor para el propietario que tener un personal de ventas profesional de aproximadamente 40 vendedores, trabajando arduamente para lograr el éxito de ventas deseado.
Los activos más preciados hoy en día en una relación comercial de cualquier tipo son la confianza y la información precisa actualizada, y como comenté anteriormente en el artículo Captaciones Exitosas, un agente inmobiliario no vende propiedades sino información, por lo tanto aquel asesor que sepa transmitirle confianza a su cliente y brinde la información adecuada, podrá ayudarlo a conseguir el inmueble deseado o en su defecto le ayudará a vender su producto de forma exitosa; así pues utilizar los servicios de un asesor inmobiliario sea de parte del comprador o del propietario será una relación ganar-ganar para ambas partes.
